Pasaatiempo de Srila Prabhupada. Tomado del libro "Our Prabhupada", recopilación de muchas anécdotas de Srila Prabhupada antes de venir a Occidente.
Resumen de la entrevista con Sripada Sadhu Maharaja:
"En 1977 mi guru-maharaja oyó que Srila Prabhupada, quien había esparcido la conciencia de Krishna en el mundo occidental, premanecía enfermo en Vrindavana. Mi guru-maharaja me preguntó: ¿Tú conoces a Srila Prabhupada? Le dije que me había encontrado con él (cuando niño) pero que no recordaba mucho. Mi guru-maharaja dijo, "Debes ir inmediatamente a tomar su bendición. Él es la expansión de Nityananda Prabhu.
El propio Nityananda está trabajando a través de Srila Prabhupada. Si tú quieres la verdadera misericordia de nuestro Nityananda, entonces ve al Krishna-Balarama Mandir!".
Me contó que Srila Prabhupada y él se conocían muy bien, y que mi abuelo lo conocía y lo amaba. También me contó cómo lo conoció en el templo de Radha-Damodara cuando él estaba escribiendo sus libros y publicando sus primeras revistas "De Vuelta al Supremo". Me contó cómo sus abuelos se aproximaron a Srila Prabhupada y que ellos habían contribuído financieramente para ayudar a promover la misión de Mahaprabhu. Mi gurudeva dijo, "Él es perfecto en lo que está haciendo. Él siempre quiere ayudar a todos los demás en este mundo". Él me instruyó ir allí y permanecer hasta encontrarme con él.
Así, esperé por mucho tiempo del lado de afuera del cuarto de Srila Prabhupada. Él estaba ocupado con alguna reunión gerencial. Una mataji me dijo que lo sentía pero que no podría verlo esa vez, pues estaba muy ocupado con el GBC. Quedé un tanto disgustado y dije que tenía que encontrarme con él porque mi gurudeva me había dado esa orden. Yo debo entrar. Dije esto un poco alto y, de repente, Srila Prabhupada gritó desde dentro de su cuarto, "¿Ke ache okane?", en bengalí, "¿Quién está ahí?" Ella dijo que había alguien que quería verlo pues su guru lo había enviado, y que no quería marcharse sin verlo. Srila Prabhupada dijo, "Dígale que pase". Había muchos, aproximadamente 25 devotos occidentales sentados allí, entonces yo me senté detrás. Prabhupada estaba hablando con ellos y les pidió que salgan, tomaran una decisión y luego volvieran para discutir la propuesta con él. Todos salieron.
Entonces, de súbito, estaba solo con Srila Prabhupada. Me aproximé a él y presté sastanga-dandavat frente a él. En mi mente yo estaba viendo al propio Nityananda Prabhu. Miraba ansiosamente a Prabhupada. Yo me sentía muy exitado por poder ver a Nityananda. Finalmente, le dije, "Quiero rendirme". Él preguntó, "¿De dónde vienes?" Dije, "De Munger Mandir". Él dijo, "¿Conoces a Raghunandana Dasa?" Cuando dije que era su nieto, él extendió la mano y me llamó cerca de él y me abrazó. "Tú también eres mi nieto", me dijo. Entonces, todos los cabellos de mi cuerpo se erizaron. Comencé a sudar y a temblar y llorar. Él continuó abrazándome. En mi mente, deseaba saber cómo podía ser su nieto. Él dijo, "Sé lo que estás pensando: ¿cómo puedo ser su nieto?" Cuando oí aquello, comencé a llorar aún más, pues él sabía exactamente lo que había dentro de mi corazón. Sentí como si me desmayara.
Srila Prabhupada continuó, "¿No sabes que soy un buen amigo de tu abuelo? Nosotros nos sentamos juntos y conversamos muchas veces. Yo conozco también a tu Deidad, Radha Mohana. ¿Cómo va la puja en tu templo?".
Le dije que muy bien. "Muchas personas están trabajando allá". Él preguntó, "¿Y tú qué estás haciendo?" Le dije, "Yo soy el gerente. Los otros están trabajando allí y yo estoy haciendo negocios". Él quedó muy irritado conmigo y dijo, "¿Por qué estás haciendo negocios y tus siervos están cuidando de tu Deidad? Yo no creo en eso. Tu abuelo era un rey y él mismo cuidaba de la Deidad. Pero tú eres una persona tan rica que no puedes hacer el servicio tú mismo. Tú debes limpiar el templo y hacer el seva con tus propias manos". Él dijo, "¿Por qué no? Eso es posible y sé que lo harás. Realmente no sólo ese servicio, sino que predicarás en todo el mundo".
Le dije, "Yo no soy predicador. Yo no sé nada". Él dijo, "Con mis bendiciones, tomarás sannyasi e irás a predicar alrededor del mundo. Harás eso y de vez en cuando vendrás para estar conmigo". Entonces, preguntó "¿Quién es tu guru?".
Le dije que había sido iniciado por Radha Govinda Dasa Babaji Maharaja, y que mi guru me había enviado para recibir sus bendiciones.
Él dijo, "Lo conozco, suele venir al templo de Radha-Damodara y además es bengalí. Él es muy auténtico; no necesitas cambiar de guru. Si sigues lo que él te indica, recibirás sus bendiciones. Él es siddha-purusa".
Srila Prabhupada me dio su misericordia y volví a mi gurudeva. Le conté todo lo que había ocurrido. Él tenía más de 125 años en aquella época, sin embargo, saltó en éxtasis y en voz alta se regocijó, "Recibiste la verdadera misericordia. Verás lo que sucederá en tu vida...". Mi gurudeva estaba estupefacto de alegría, y me abrazó y me bendijo. Antes, yo era fanático sólo por mi propio guru, pero entonces me habló de la importancia de ir a los grandes Vaisnavas y de recibir sus bendiciones. Él me habló de fijar mi mente en los pies de mi propio gurudeva, pero de recibir bendición y ayuda de todos los mahajanas.
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