lunes, 4 de agosto de 2025

Un cazador se libera por la gracia de un baño sagrado en Ekādaśī – por Madhu Chanda das

 Una vida de violencia e ignorancia


En las remotas afueras de un denso bosque, vivía un cazador. Curtido por años de matanza, su vida estaba impregnada de crueldad y carecía de compasión. Cazaba animales sin descanso, buscando alimento y ganancias, sin importarle el dharma ni la virtud. Las escrituras, los santos o los días sagrados carecían de significado para él. Su corazón estaba oscurecido por la violencia, y su mente, nublada por el instinto y la supervivencia.

Llega el Día Sagrado.
Una mañana, el sol salió en un Ekādaśī, el sagrado undécimo día de la luna creciente, amada por el Señor Viṣṇu y famosa por su poder para purificar incluso los pecados más graves. Sin embargo, el cazador, inconsciente del significado divino de ese día, tomó su arco y se adentró en el bosque, como lo había hecho innumerables veces.

Pero algo era diferente. No aparecía ningún animal. Los pájaros volaban alto, los ciervos permanecían ocultos y el bosque permanecía extrañamente silencioso. El hambre lo carcomía y la sed le resecaba la garganta mientras el sol ascendía en el cielo. Aún con las manos vacías, se adentró en el bosque hasta que se topó con la orilla de un río sagrado.

Un chacal hambriento en las afueras del pueblo

 Un chacal hambriento en las afueras del pueblo


En una pequeña aldea rodeada de densos bosques, vivía un  chacal hambriento . Viejo y débil, ya no podía cazar y apenas sobrevivía con sobras. Impulsado por el hambre, se escabullía a las afueras de la aldea, buscando restos, con el temor constante de ser golpeado o perseguido.

Una noche, después de un festival en el templo, los aldeanos tiraron las  sobras de un gran festín de prasada , que incluía muchas preparaciones ofrecidas al Señor Viṣṇu. Estas fueron arrojadas fuera del recinto del templo, cerca de un basurero.

Esa noche, el chacal, presa de un hambre insoportable, se adentró en la zona y percibió el intenso aroma de la comida desechada. Se acercó con cautela y, al no ver a nadie, comenzó a  devorar los restos con voracidad .

El efecto de los restos sagrados

Aunque desconocía el significado de la comida, el chacal consumía  Mahā-prasāda , remanentes ofrecidos directamente al Señor Supremo. Esa noche, con el estómago lleno, durmió plácidamente por primera vez en muchos días.

Mientras dormía, tuvo un  sueño extraordinario . En el sueño, apareció una figura divina del Señor Visnu, resplandeciente, sosteniendo una caracola, un disco, una maza y un loto. El Señor le sonrió y dijo:

Aunque naciste como un chacal, has comido mis restos, que purifican tu espíritu. Tu hambre está ahora satisfecha, no solo materialmente, sino también espiritualmente. En tu próximo nacimiento, recibirás un cuerpo humano y te inclinarás hacia Mí.

El chacal se despertó confundido pero extrañamente en paz, como si un gran peso se hubiera levantado de su corazón.