Entre los puritanos el caballo era un lujo; la bestia de carga era el buey. Por la mitad del primer siglo XIX el buey hizo posible en Massachusetts la existencia de hombre. En severas nieves del invierno, en el tiempo de la cosecha, el buey trabajaba y era leal-fiel a los mejores intereses de la familia.
El buey mismo era confiado, e inculto en el arte de engañar a otros. Él pensava que su amo era atento bondadoso y no desagradecido, desleal obsesionado con avaricia. Él no sabia que el dinero no tendria que estar por encima de la vida, el no ha leido historias de gerras . Él no sabia que el amor al dinero son las causas de las desgracias para el hombre,
El buey sabía solamente que él era el amigo que servia; y él pensó que el hombre deberia ser su amigo. ¡Probe crédulo Buey ! Pero en la amistadad de un niño el podria confiar . ¡Niño inocente! Para el hombre y para la bestia el mejor regalo del cielo es un amigo leal.
El Capitán Stephen Barton guardó notas de Clara . Una pequeña muchacha Clara conducia las vacas y los bueyes a comer . En la mañana Clara ordeñaba las vacas. Una tarde ella observó a tres hombres, uno de ellos llevaba una hacha en su mano , conduciendo a un buey muy grande, rojo, gordo al granero.
Ella vio al hombre con el hacha pegandole a el buey en la cabeza, después vio al buey cayendo al piso. Al ver eso inmediatamente se cayó inconsciente al piso. Entonces la llevaron a su casa y la colocaron en una cama, le dieron una botella del alcanfor para revivirla . Cuando ella recuperó consiencia , ella pregunto porque ella se habia caido , ella dijo: " Alguien me pegó " " Oh, no, nadie te pegó, le " dijeron. "
Entonces padesco de tanto dolor , " desde aquel momento dejó el deseo de comer carne; y por muchos años siguientes ella decía, " presentemente, yo he comido carne solamente cuando debo por aspectos. La tierra generosa me siempre me otorga todo para sastifacer todas mis necesidades ."
La sociedad de Clara Barton honra a todos aquellos que comparten esto con ella a través de la comisión de la Cruz Roja. Desde 1881 hasta hoy, la visión de Clara Barton de ayudar a la gente necesitada continúa viviendo fuertemente en la Cruz Roja.
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